lunes, 27 de abril de 2009


Que sensación tan extraña,
aquella que sentí al escuchar tu corazón.
Que falsedad la que engaña,

a todo ser de aquel viejo salón.
Que sensación tan extraña
llegó sin avisar y acorraló mi corazón.
Que escondes dentro de tu alma

que me hace alucinar y hasta perder la razón.

1 comentario:

fervor dijo...

Duermo abrazándote y eso me tranquiliza.
No te imaginas cuanto bien me hacen tus caricias.

En este viaje campo adentro,
una estampida de luciérnagas nos atrapa.

Ya me siento mejor, mucho mejor.
Se hizo tarde,
es hora de que vuelvas a casa.

--

te amo tanto tanto..
sólo sé que no puedo dejar de pensar en ti ni por un instante..