A el amor de mi vida...

Con una simpleza exquisita logró estremecerme de pies a cabeza. Nunca había sentido tal raro pero hermoso sentimiento dentro de mi, nunca hasta que volví a verlo. Sí, volví a verlo, ya lo había hecho antes, pero esta vez fue diferente a las demás, sentí que el alma me volvía al cuerpo de un sopetón, simplemente por mirarlo a los ojos como nunca antes, el amor de mi vida estaba frente a mis y lo único que podía hacer era mirarlo extasiada. Él en mi provoca una extraña sensación que nadie mas provoca… me da un sentimiento de ternura mezclado con ardiente pasión. No se exactamente por qué aquel hombre me provoca tal efecto, pero sí sé que nunca antes había amado como a él lo amo. Esas son las rarezas de la vida y del amor que con tanto entusiasmo vivo. Me doy cuenta que el joven en cuestión me resulta perfecto hasta en lo que el resto podría ver como la mayor de las imperfecciones, que me hace soñar con cosas que tenia prohibidas para no vivir en una fantasía, soñar con una vida a su lado y feliz, feliz como en este momento, me hace soñar con vivir todas las mutaciones posible de la felicidad y del amor.

Cada vez que estoy junto a él siento que no existe el tiempo, que el mundo se detiene para los dos. Cuando estoy junto a él nada mas existe, nada mas que nosotros y el amor que nos tenemos. Hay cosas indescriptibles que me suceden cuando estoy con él y me genera una sensación de… ¿Cómo explicar esas sensaciones tan fuertes y maravillosas que surgen dentro de mi al estar en presencia del hombre al que creo el amor de mi vida? Me tomo el atrevimiento de citar una frase de una obra para poder describir de una forma mas precisa lo que de él siento. “No había una sola cosa fea que tú no pudieras embellecer; ni una triste realidad que tú no fueras capas de burlar con un juego de imaginación”. Esa frase logra acercarse un poco a lo que me produce, pero nada se comprara con el amor que le tengo y las cosas que siento cuando su mirada se posa en mi y me desnuda en cuerpo y alma… nada lo explica… nada se compara […]